lunes, 7 de diciembre de 2009

¿Por dónde empezar a explorar al hombre como animal social?
o
La democracia como objeto de estudio
(I parte)

Porque parece que se parte del principio de que la democracia está ahí, y por lo tanto no vale la pena reflexionar sobre eso. Y yo creo que hoy se está necesitando un debate mundial sobre la democracia, y quizá si lo hiciéramos nos daríamos cuenta de que esto que estamos viviendo y que llamamos democracia, no lo es.” J. Saramago
A mi juicio no cabe duda que, uno de los peores males que puede enfrentar el hombre contemporáneo, es la certeza de que todo se está haciendo como debe ser hecho (o su variable de que las cosas o están bien o están mal porque no se está haciendo como antes). Esta idea se basa en la falsa dicotomía entre la teoría y la práctica, que generalmente se decanta por favorecer la práctica –incluso por encima de la razón –. No es de extrañar que la sabiduría popular incluso erigiera estandartes para dicha idea; “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, “la práctica hace al maestro”, etc. Quizá ello se deba al temor natural por cuestionarnos las propias aéreas de confort. El tema tiene grandes implicaciones, porque pasa por la posibilidad – sino la probabilidad - real de descubrir que algo de lo que estamos seguros no sea real, útil o necesario. No se trata de señalar, ¿estaría uno dispuesto a asumir la angustia de la permanente duda?

Un ejercicio de crítica social pasa, en primer lugar de la capacidad de observar la cotidianidad como fragmentos de realidad susceptibles de ser analizados (ojo que no estoy diciendo que sea una capacidad sobre natural o propia de un grupo de iluminados, se trata de observar nada más, mientras va en el bus, mientras espera en la presa para ir al trabajo, mientras almuerza en cualquier café, por ejemplo). En segundo lugar, implica necesariamente, poner en duda la utilidad del segmento objeto de estudio - el tema no presenta mayor dificultad si Ud se está cuestionando la tecnología en la cocina o la comunicación inalámbrica interplanetaria, pero se agudiza cuando se refiere a temas metafísicos y sus derivados, léase Dios, la religión, los partidos políticos, el estado, las prohibiciones legales y las autorizaciones ilegales, etc. – incluyendo una actividad científica (es decir metodológicamente reproducible y verificable experimentalmente) que pase por describir ese segmento de la realidad escogido, para posteriormente describir su interacción social, léase “cómo ocurre y cómo incide en la realidad”. Luego, si aún se encuentra en pie su intención y permanece con esa actitud que describiera Sabina de, explorador, propongo que realice un experimento en el que idealmente coloque el segmento bajo análisis en una situación o caso concreto y lo observe cómo se comporta o mejor aún prediga como se debería comportar. Si los resultados de este experimento reflejan inconsistencias o contradicciones, sugiero que las clasifique entre aquellas que son inherentes al objeto de estudio y las que podrían ser resultados externos o interferencias no controlables. Desde ya y sin ánimo de desanimar ningún buen intento, debo decir que los resultados no siempre nos van a arrojar positivos estímulos para seguir la brecha. Ante lo cual entendemos que la masa considere oportuno seguir haciendo lo mismo y de la misma manera. Nunca he escuchado un argumento más pobre que, antes se hizo de ese modo ergo….
Lo dicho propone una justificación, aunque obviamente no la única explicación y probablemente ni si quiera la mejor, que explique esta actitud de inactividad mental, pero significa un paso y una invitación. Por esa misma ruta me permito acercarme a la primera parte de la justificación de este blog, la democracia como sistema de organización social. En primer lugar y como suerte marco teórico referencial debo decir que, cuando hablo de organización democrática no me refiero a estructura del Estado, ni me refiero a modelos de administración pública. Cuando hablo de organización democrática tomo, como segmento de la realidad, la decisión del colectivo de unirse en una determinada forma (lo que obviamente contiene una aceptación de una explicación contractualista, a lo que pido paciencia). Entiéndase que, no estoy diciendo que estoy en contra de la democracia y que debemos buscar su inmediata sustitución. Entiéndase por favor que tampoco quiere decir que esté a favor y pida su rescate. No hay aproximación al objeto de conocimiento aséptica, mi aproximación se ve enturbiada por mis pre-concepciones y mis limitaciones, de igual manera que se ve limitada por la fractura de mis anteojos, no por ello menos valida como esfuerzo intelectual. Otra salvedad que debo plantear es que, la observación propuesta es un ejercicio, en este caso, que parte de la experiencia personal, por lo que si bien puede tener algún apoyo, reconoce que existen otras explicaciones y pre conceptualizaciones.-
Como punto de partida, debo decir que retroceder a un momento en que la sociedad no existía – como ninguna forma de organización – y la humanidad dispersa por la tierra recolectaba frutas y permanecía entre la recolección y la huida de sus amenazas resulta inconveniente por dos motivos; el primero es que, el espacio entre la primera forma de organización y la instauración de modelos teórico democráticos es tal que poco podría aportar a un estudio específico sobre la democracia y la satisfacción de las expectativas de los individuos sujetos a ella en la actualidad; y en segundo lugar, podría corresponder a una propuesta diversa al objeto de estas líneas, como lo sería la utilizar el mismo modelo de teorización en la comprobación de modelos diferentes a la democracia sin que se considere a esta y sus postulados como factor de ruido.
De lo dicho, el primer paso es delimitar el objeto de estudio, tomando de nuestro entorno, una porción particular: la organización social denominada democracia, la forma en que nos organizamos, entendiendo como tal, las reglas y postulados dados por esta forma política.- Como se ha dicho, la observación es el primer paso, y dicha actividad, como se indicó líneas atrás no constituye una tarea limpia e inmaculada, sino que se encuentra enturbiada, por decirlo de alguna manera, por el conocimiento anterior del observador. La toma de conciencia en este punto tiene aparejada dos ventajas, 1. Reconocemos nuestra limitación reduciendo las falsas expectativas y 2. Nos alerta del factor “constitución personal” en la evaluación de las conclusiones. Dicho de otra manera, la actividad inicial será la descripción del modelo de organización democrática según lo veo yo. La siguiente tarea, será cuestionarme si la democracia sirve para lo que se supone que sirve (implica responder a la pregunta ¿para qué sirve?) y en con el resultado de dicha fase pasar a realizar superposiciones ideales que me permitan generar evaluaciones de su eficacia ante situaciones concretas y bajo parámetros concretos. Por último si surgen contradicciones o conflictos de desarrollo esperable, como creo que sucederá, proponer si se ocasionan en fases internas o externas del objeto.-