Pocos narradores tienen la capacidad de tocar el alma en sus escritos como José Saramago (QDG) autor de la novela que titula esta entrada.
Mediante su trepidante prosa, describe igual la complejidad de un paisaje, la intrincada existencia de la amistad que el viaje de un elefante. Hablando al final de las tres cosas al mismo tiempo.
Una obra sencilla que desnuda los pensamientos de un hombre igualmente sencillo, y con ella descubre las vicisitudes de todos los peregrinos y cornacas de nuestros propios elefantes.
Al terminar de leer esta imperdible novela, no puedo dejar de pensar en Ivannia, trotamundos y hacedora de uno que otro milagro, como tampoco puedo dejar de pensar en como al igual que con Salomon, poco importará nuestra muerte, lo realmente memorable será nuestro camino y quienes lo hicieron posible.
Lo único malo de este comentario mi estimado Jose, es que le pongás QDG a Saramago. Reivindico aquí el derecho de todo ateo muerto a no gozar de ningún dios, deidad o simple espíritu chocarrero... Que dios nos libre, JA!
ResponderEliminarQué lindo mi amigo, gracias por el piropazo. Justo me leí ese libro hace unos meses, ya sabés que es mi escritor favorito. De hecho, tengo "Caín" esperando, pero como es el último (el último de él y el último mío, porque me he leído todos los suyos)no me atrevo. Me da un poquito de tristeza saber que no volverá a escribir.
ResponderEliminarFelicidades por tu blog. Seguiré viniendo a visitarte. Te quiero.